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No sabrás todo lo que valgo hasta que no pueda ser junto a ti todo lo que soy.

26.7.11

Un alma herida.


Hace calor, el ventilador da vueltas repetitivas y monótonas repartiendo ocasionales ráfagas de aire. Ella está recostada en su silla frente a la pantalla del ordenador. Está mirando el techo y la parte superior de esas cuatro paredes que la encarcelan, pero que la protegen y la hacen sentirse a salvo en un hogar.

Mira el suelo, allí están el vestido y los zapatitos que ha llevado hoy "parecen tan dulces e inocentes" piensa mientras suspira. Ella aparenta apenas 15 años, pero realmente tiene 17.

Se incorpora en su silla y coge el cuaderno en el que escribe sus textos, aparta un mechón de su pelo rubio, lo abre aleatoriamente y lee: "Y te vas, y yo me quedo, y hace frío, y tengo miedo."

Miedo, hace tanto que esa palabra perdió el significado. Aquello debió de escribirlo antes de su metamorfosis, así lo llamaba ella, fue el momento en el que se dio cuenta de que el amor dolía y de que nunca estaría sola si se tenia a ella misma, fue el momento en el que se cerró en banda. Pero el cambio real no se produjo en sus actos, sino en lo que sentía al realizarlos, y en que ahora eran públicos.

Sonríe melancólicamente, antes aparentaba ser como las demás, aunque siempre destacó por rextravagante, pero fue en esa etapa en la que hizo cosas que escandalizarían a sus padres; y ahora, que se vestía como una niña inocente, aunque dejando ver que no lo era, justo ahora, sus actos eran pequeños escándalos fríamente calculados de antemano.

Antes, extraña palabra, es una palabra que sugiere tiempos en que todo era distinto, sugiere los momentos en los que podrías haber tomado otras decisiones, o haber echo otras cosas, o haber pensado lo que hacías... Y ese era su punto débil antes, antes.

Ella era impulsiva, discretamente, pero lo era, esos impulsos la llevaron a la cama de un hombre bastante más mayor que ella, la llevaron a destrozar la primera relación estable de su mejor amiga, esos impulsos la llevaron a los brazos de un drogadicto sin futuro, la llevaron a amar de un loco... Esos impulsos la hicieron llorar tanto en un pasado...

Todas las historias casi de novela que había vivido la habían echo daño, pero eso la gente no lo sabía, era gracioso que la miraran escandalizados por haber tratado de seducir a un profesor, o porque la habían descubierto follando en el parque... y en los baños de la iglesia; o por prender fuego al coche de una niñata que la insultó (lo que todos suponían pero no habían podido probar); y por sacar unas notas extraordinariamente buenas pese a pasarse todas las tardes lejos de casa en un paradero desconocido.

Pero eso era lo que ella quería, que la miraran escandalizados, que no la volvieran a ver como la niña inocente de la que ahora se vestía. Nadie debía saber que las tardes que estaba desaparecida realmente estaba paseando por grandes parques llenos de árboles de cuento, y que en esos momentos abandonaba su papel de femme fatale para sonreír como una estúpida y leer tumbada en el césped escuchando su música de siempre. Y tampoco debía nadie saber que esa era realmente ella, y que en esos paseos a solas pensaba en aquellos a los que había amado tanto pese a que después la hicieran daño... y es que en el fondo siempre les tendría presentes y guardaría todos los momentos felices con ella, para sobrevivir al frío de la soledad. Incluso de vez en cuando lloraba en silencio, y pensaba que todo lo que hacía ahora era solo porque aun la dolía su mutilado corazón.

Recorrió el cuaderno hasta encontrar lo primero que escribió de su cosecha, estaba justo después de un poema de Pablo Neruda y la letra de una canción melancólica, había una frase de la canción repasada en rojo...: "el amor es un suicidio". Leyó lo que ella había escrito hace varios años, antes de que todo eso empezara: "El verdadero amor es un suicido... pero un suicidio a plazos, porque amamos muchas veces, y según el daño que ese amor te haga, mueres en mayor o menor medida, y hasta que encuentras otro amor que pague tu deuda con el dolor y el martirio, hasta entonces, harás y dirás cosas por el simple hecho de intentar sanar un corazón roto, y esas cosas serán pequeños suicidios de la persona que eras antes de que ese amor te lastimara."